viernes, 24 de abril de 2009

Lamentable noticia

Hace unos minutos que acabo de leer una noticia que me ha entristecido mucho. Nuestro mejor caricaturista, reconocido como el más veloz caricaturista además, falleció esta madrugada.

Siempre he tenido una gran predilección por el dibujo humorístico. Como todo niño, era fan número uno de los dibujos animados, y me quedaba horas tras horas frente al televisor viendo esos antiguos programas mientras comía galletas de mantequilla y mermelada, al tiempo que construía castillos y ensemblaba robots con las piezas del Play Go, y al mismo tiempo que miraba la Tv y avanzaba en mis dibujos. Sí, siempre he sido hiperactivo.

El caso es que para mí era imposible separarme del dibujo, de la animación.

Y fueron estos hobbies los que me llevaron un día a ser uno de los pequeños estudiantes del hoy recordado caricaturista.
La primera persona que lo vió fue una tía, quien paseaba conmigo por un centro comercial. Mi memoria me falla, tal vez fue, en el Centro Camino Real, no recuerdo bien. Pero sí recuerdo, haberlo visto sentado a la pequeña mesa, ante la cual se sentaban algunas caricaturas vivientes para ser retratadas por él.

Y cierto que su técnica era veloz y de alta calidad.

Allí nos contó que tenía un pequeño taller de caricatura. En este, como él decía, no enseñaba a dibujar, sino a mejorar las técnicas de dibujo de los estudiantes. No dudamos un segundo, y recuerdo que mi tía tomó apunte de su casa, lugar donde daba clases, y su teléfono para contactarlo.

Pasados unos días, e inscrito ya en su taller, llegué un día hasta su casa. Subimos las escaleras, y luego de pasar un pequeño ambiente, a la derecha nos esperaba un salón fantástico.

El artista había acondicionado de tal manera la habitación, o salón de clases, que incluso teníamos música para trabajar con gusto, un montón de revistas de caricaturas, entre ellas, una de sus predilectas, la revista Mad. ¡Vaya que le gustaba esa revista!.

Durante las clases, recuerdo con gracia, que nos pedía que identificaramos nuestras cualidades físicas más resaltantes. Es decir, aquello que se prestaba para el chiste. Recuerdo que una niña, ¡dijo que en mi caso eran las orejas!... No supe si reír o molestarme, pero la niña tenía razón, yo era muy orejudo en ese tiempo. El caso es que esto, sumado con las "chapas" o "motes" que nos poníamos, empezábamos nuestras primeras pinceladas. Y así eran sus clases. Un mate de risa.

De la mano con la modernidad, el artista tenía un programa de animación, el mismo que usabamos para aprender las técnicas modernas de la animación. De eso que nosotros llamamos, los dibujos animados.
Recuerdo que al final del taller, preparamos una exposición de nuestros dibujos.
Yo caricaturicé a Fujimori.
No le tenía mucho cariño al ex presidente, y quise vengarme de un modo gracioso.


Aunque nunca he sido un gran dibujante, no puedo negar que esas lecciones que él nos daba, acerca de prestar atención en los detalles, en los gestos de las personas, las muecas, todo aquello que nos ayudaba a realizar nuestros trabajos de mejor manera, sin querer fueron también formando al pequeño escritor que tenía por dentro. Y todas esas recomendaciones que él nos sugería, hoy las pongo en práctica. Y me son de gran utilidad. No sólo en la escritura, sino en la vida misma.
Muchas gracias, estimado maestro y amigo: Mario Moreno.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Comparto tu sentir, pues él ha sido el más brillante caricaturista de todos los tiempos y además una persona con un gran corazón.
Joaquín Padilla Ormeño

Anónimo dijo...

Recuerdas tambien que ibas y venias en taxi y que un dia este no llego a tiempo y te pasaste el tiempo de espera charlando con el maestro Mario M. y que fue el quien te envio en otro taxi a tu casa, fue muy gentil entonces. Recuerdas?

Lamento tambien que ya no este aqui para disfrutar de su arte.

Milagros Moreno dijo...

Cuando mi padre aún vivía, yo solía buscar su nombre en Google para mostrarle luego las entrevistas donde él había salido o algunas menciones que habían hecho sobre él y sus caricaturas en diversas páginas. Esa buena costumbre aún me quedó y es gracias a eso que he llegado a visitar muchos blogs donde sus respectivos autores han comentado sobre el sensible fallecimiento de Mario. Me siento agradecida de saber que personas como tú y muchos más guardan un cariño y admiración especial hacia mi padre y leer aquellas hermosas anécdotas que cada uno de ustedes deja como recuerdo en sus blogs es mucho mejor aún. Muchas gracias Arturo y Anónimo..
Les dejo el blog que he creado en homenaje a él, (http://humormoreno.blogspot.com/) donde estoy publicando algunos de los trabajos que realizó desde sus inicios como caricaturista. Saludos.