martes, 19 de mayo de 2009

Te Quiero

Conocí a Mario Benedetti, en el Coro San Fernando, Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.

Mis mejores recuerdos se remontan a diez años atrás cuando formaba parte de aquél brillante coro de musical, integrado por distintos jóvenes, que eran dirigidos por el destacado maestro, Wilfredo Tarazona Padilla, quien me invitó a formar parte del mismo.

Recuerdo que la primera vez que me paré al lado de mis compañeros coreautas, apenas tenía trece años, y con verguenza debo confesar que no me agradó mucho la música clásica. No la entendí en su momento.

A esa edad, yo me encontraba experimentando con otros géneros musicales. Pero, cuando el tiempo pasó, y había escuchado tantos géneros musicales, llegué un día hasta la música clásica, que había desdeñado en un primer momento. Cuando me dí cuenta de la oportunidad que había desperdiciado, lo lamenté mucho. Sin embargo, una buena amiga, de quien he perdido contacto hace mucho, me recomendó que jamás debía perder una oportunidad, y me alentó a retomar el curso de la música clásica. Así, un mediodía estaba yo en el Conservatorio Nacional de Música, frente al maestro Tarazona, quien tuvo la gentileza de invitarme, por segunda vez, al coro, sin pensar que en este conocería a uno de los poetas que más me han impresionado.
Por aquel tiempo, recuerdo que estábamos ensayando el Requiem de Mozart, obra musical que luego presentaríamos en el Museo Nacional -la misma noche en que el maestro Santos, lanzara su batuta, en señal de despedida-, y también, ensayábamos la Novena Sinfonía de Beethoven.

Pero como mencioné al inicio de este relato, yo conocí a Beneddeti a través de la música. La música y la poesía unidas, son dos maravillosas formas de expresión del alma. Dos cantos en uno. Y que mejor canto y bello, que aquél titulado "Te Quiero", el mismo que desde la primera vez que lo escuché no he dejado detararear en momentos como este, en que recibo la noticia del fallecimiento de este maravilloso poeta, a quien tantas veces releí desde la vez que escuché "Si te quiero es porque sos mia mor, mi cómplice, mi todo, y en la calle codo a codo, somos más que dos".

Y me ha acompañado en reiteradas oportunidades, cuando el amor nos visita, y algún verso he querido obsequiar, no he podido encontrar mejores que los poemas de Beneddeti, y qué mejor si se unen al canto.
Creo que si pensamos en una forma de enamorarnos de la poesía de Beneddeti también la podemos encontrar a través de la música, que se ha compuesto para distintos poemas que él escribió, entre mis predilectos, siempre estará:
Tus manos son mi caricia,
mis acordes cotidianos;
te quiero porque tus manos
trabajan por la justicia.

Si te quiero es porque sos
mi amor, mi cómplice, y todo.
Y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos.

Tus ojos son mi conjuro
contra la mala jornada;
te quiero por tu mirada
que mira y siembra futuro.

Tu boca que es tuya y mía,
Tu boca no se equivoca;
te quiero por que tu boca
sabe gritar rebeldía.

Si te quiero es porque sos
mi amor mi cómplice y todo.
Y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos.

Y por tu rostro sincero.
Y tu paso vagabundo.
Y tu llanto por el mundo.
Porque sos pueblo te quiero.

Y porque amor no es aurora,
ni cándida moraleja,
y porque somos pareja
que sabe que no está sola.

Te quiero en mi paraíso;
es decir, que en mi país
la gente vive feliz
aunque no tenga permiso.

Si te quiero es por que sos
mi amor, mi cómplice y todo.
Y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos.
Estos poemas me han salvado en muchísimas oportunidades, cuando en el salón de clases, solía lanzar papelitos, o escribir en las últimas páginas del cuaderno de una chica, los poemas de Mario Beneddeti. Uno muy efectivo era uno que decía:
Mi táctica es
mirarte
aprender como sos
quererte como sos.
Mi estrategia es
que un día cualquiera
no sé cómo ni sé
con qué pretexto
por fin me necesites.
En esta fecha de homenajes póstumos, quiero compartir con ustedes, la interpretación de este bello poema, "Te Quiero", por Tania Libertad. Espero sea de su agrado, tanto como del mío.
Creo que esta es una manera muy especial de conocer al poeta universal.


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