“La política es uno de los
componentes más importantes del país, pero el que menos preocupación por
modernizarse ha tenido y el que más reclamo tiene de la opinión pública
de ponerse a la altura de las circunstancias. Hay un reclamo
generalizado de tener políticos del siglo XIX en un país del siglo XXI”,
ha señalado el presidente de la Confiep, Alfonso García Miró, en un
pensamiento que puede llevarnos a más de una reflexión.
La política es el arte del entendimiento y
de la inteligencia, mediante la cual una sociedad puede encontrar una
solución común frente a los problemas que los afectan en conjunto.
Sin embargo, me pregunto, ¿cómo podría
llegar a ponerse de acuerdo una sociedad cuando sus integrantes degradan
su inteligencia en repensar los amores de una telenovela en lugar de
centrarse en problemas que afectan a su propia colectividad?
Parece que hay mucho de fútbol, de mucha
sensualidad., pero, ¿existirá la voluntad de los peruanos en interesarse
más por la política o por las cosas que pasan en su país?
Es preocupante escuchar en las
universidades cómo hombres y mujeres que alcanzan la edad de un
adulto-joven se declaran antipolíticos y otros, apolíticos (lo que
partiendo del concepto aristotélico sería peor; es como decir: soy solo
parte animal) al creer que “la política es mala” y no sirve para nada.
La política es muy importante en nuestra
sociedad. Se practica en las aulas y hasta en el hogar. Y debería
despertar el interés de todos, mucho más de los jóvenes.
La clase política de un país es el
reflejo de la preparación intelectual de sus políticos, y los partidos
tienen el deber de formar nuevos cuadros. Las universidades, como casas
de encuentro de jóvenes idealistas, deben brindar una enseñanza
panorámica.
Aunque la política no termina por
aprenderse solo en las aulas, siempre existirá el deber de llevar a la
práctica nuestras ideas, contrastarlas con la realidad y evolucionar
nuestro pensamiento acorde con nuestro tiempo. El avance de la ciencia y
la tecnología debe ser materia de constante observación.
Más allá de exigir políticos del siglo
XXI, diría que existe la necesidad de tener peruanos del siglo XXI, lo
cual no compete únicamente a la clase política. Los empresarios también
hacen política, y cada actor social ejerce un grado de influencia.
Algunos desde las calles y otros desde la administración de la
producción nacional.
El camino para ser un peruano del siglo
XXI está en la apuesta por la educación. Solo elevando nuestra educación
e impulsando la lectura en los jóvenes, podemos alentarlos a
interesarse más por lo que pasa a su alrededor.
Más allá del televisor que observemos o
del diario que leamos en nuestro quehacer, podemos lograr que se
comuniquen mejor entre ellos al elevar su nivel de entendimiento. Leamos
más para entendernos mejor, esa es la clave de una mejor conciencia
cívica.
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